Las cabañuelas de agosto. Antonio Burgos.
Las Cabañuelas de agosto. Antonio Burgos.
Premio Ateneo de Sevilla 1982. Planeta
ISBN: 84-320-5550-6
La novela gira en torno a la reconstrucción literaria de un personaje de Antonio Machado: Don Guido, «este señor de Sevilla era diestro en manejar el caballo y un maestro en refrescar manzanilla». Con técnica de novela histórica e insertos de gran calidad poética, se sitúa a Don Guido en el seno de una decadente familia de la baja nobleza del sur, en una acción que transcurre en la Sevilla de comienzos de siglo. La guerra de Africa, la dictadura de Primo de Rivera, las luchas estudiantiles de los años veinte, la Exposición Iberoamericana de 1929, la proclamación de la Segunda República, la Semana Santa o la Sajurjada de 1932, el triunfo del Frente Popular, la organización clandestina de Falange Española o el estallido de la guerra civil y los sucesos de sus primeros meses son hechos que vive don Guido en esta poética reinvención narrativa.
Reconstruyendo ambientes, escenas, lugares, vemos a Don Guido como «señor de Sevilla» enfrentarse a los comienzos de la decadencia de su poderío, en un vivo retrato de un largo fin de época que elpersonaje intuye en la fuerza de su juventud, que se une mágica ny trágicamente a los destinos de España en las visperas de guerra civil. Y como una machadiana sombra de Cain, cruza errante por el trozo de planeta que es el señorial mundo de don Guido la merte de Blas Infante, en las cabañuelas de agosto de 1936. El título de la novela hace, pues, referencia a los días que van del 2 al 11 de agosto de 1936, fechas del prendimiento y fisilamiento del padre de la patria andaluza, que coincidieron con las ágicas cabañuelas, en las que los campesinos del sur creen ver una predicción meteorológica del tiempo que va a hacer al año siguiente.
Antonio Burgos (Sevilla, 1943) es uno de los primeros articulistas españoles. En el sentido jerárquico, por su estilo propio y su indiscutible maestría, avalada por premios como el Mariano de Cavia, el Pemán o el Larra; y en el sentido cronológico, por su condición de pionero en diversos géneros. Es también, desde su inicio como periodista hace más de 30 años, una de las voces más significadas en la defensa de Andalucía, cuya cultura, tradición y significado histórico han presidido su extensa obra periodística y literaria. Su ensayo Andalucía, ¿Tercer Mundo? fue clave para el resurgir del sentimiento autonómico andaluz. En su novela Las cabañuelas de agosto (Premio Ateneo de Sevilla 1982) narró el asesinato de Blas Infante, historia que continuó en Las lágrimas de san Pedro. En El contador de sombras evoca la realidad de los pueblos andaluces y El contrabandista de pájaros obtuvo el Premio Ciudad de Marbella, concedido por un jurado presidido por Camilo José Cela. Otras obra suyas son Guía secreta de Sevilla, Folklore de las cofradías de Sevilla, Sevilla tuvo que ser (con prólogo de Manuel Halcón), Sevilla en cien recuadros (con prólogo del arzobispo Carlos Amigo Vallejo), Mirando al mar soñé, Reloj no marques las horas... A la Semana Santa de Sevilla ha dedicado últimamente las obras Guía apasionada de la Semana Santa y Diccionario Secreto de la Semana Santa. Su biografía novelada Curro Romero, la esencia, ha constituido un «best-seller». Recientemente ha publicado Jazmines en el ojal, con prólogo de María Dolores Pradera. Su primer libro fue la obra poética «Palabra en el vacío», publicada por la colección Alcaraván de Arcos de la Frontera, con prólogo de Rafael Montesinos. Fue de los primeros autores en la reivindicación cultural de la copla andaluza, dedicando en 1980 a Rafael de León la biografía y antología Rafael de León, poemas y canciones. Es también autor de la letra de numerosas canciones (Habaneras de Cádiz, Habaneras de Sevilla, Va por usted, Lola de España, etc.) que cantan Rocío Jurado, Carlos Cano y María Dolores Pradera, entre otros intérpretes. Ha escrito muchas letras de Carnaval, colaborando con Antonio Martín en el Coro de la Viña, con el que obtuvo dos primeros premios en el Concurso del Teatro Falla de Cádiz, con los coros «Takatá, chin,chin,pom,pom» y «Bátmonos que nos vamos», y segundo y tercer premios con los coros «A Venecia del tirón» y «Los pájaros». Anteriormente había sido en 1988 pregonero del Carnaval de Cádiz, ciudad a la que está muy vinculado y la que ha dedicado innumerables textos literarios y periodísticos, así como la letra de las «Habaneras de Cádiz», por las que le nombró Hijo Adoptivo tras la petición popular de los gaditanos, que recogieron más de 5.000 firmas para pedir que el Ayuntamiento le concediera distinción.
Antonio Burgos es uno de los primeros articulistas españoles. y ha hecho popularísima su sección «El recuadro». Sus artículos aparecen en el diario El Mundo y sus comentarios radiofónicos en Protagonistas de Luis del Olmo, de Onda Cero Radio, programa en el que colabora desde 1983. Su labor como periodista se remonta a 1966 cuando ingresó como redactor-confeccionador en el periódico «ABC» de Sevilla, donde había realizado prácticas como alumno de la Escuela Oficial de Periodismo. En esta época colaboró en «La Codorniz» y «Hermano Lobo», y ejerció la corresponsalía en Andalucía del diario «Madrid» y de la revista «Triunfo», colaborando también en «Cuadernos para el Diálogo». Tras participar en la fundación del diario «Informaciones de Andalucía», en 1977 retornó a ABC como redactor jefe, y comenzó a publicar un artículo diario, transformando la vieja sección «Sevilla al día» en su popular y leidísimo «Recuadro», y creando la sección gráfica «Casco Antiguo», donde con el pseudónimo de «Abel Infanzón» realizó una importante labor contra la destrucción del patrimonio artístico y monumental de Sevilla. Fue redactor-jefe hasta que 1984, en que fue nombrado subdirector. Después de más de treinta años en «ABC», dimitió de su cargo en mayo de 1990 y abandonó voluntariamente ABC y su sección literaria, tras negarse la dirección del periódico a publicarle un artículo contra el proyecto de reforma de la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Se incorporó entonces como articulista a «Diario 16» y comenzó a escribir en el semanario «Tribuna» y en «El Independiente Dominical». En 1993 pasó como columnista habitual al diario «El Mundo», en sus ediciones nacional y de Andalucía, iniciando también su colaboración en la revista «Epoca». Desde enero del 2002 publica en la revista «¡Hola!» su sección semanal «De rosa y oro». En septiembre de 2004, su sección de artículos «El Recuadro» volvió a publicarse diariamente en el diario ABC.
Desde mayo de 1985 es académico de número de la Real Sevillana de Buenas Letras, en la que ingresó con un discurso sobre el Patrimonio Inmaterial de Sevilla. Es también miembro de la Fundación Blas Infante, de la Cátedra Adolfo de Castro y del Ateneo de Cádiz. En 1986 recibió el premio Pemán y el Mariano José de Larra. En 1988, el premio Mariano de Cavia, por su artículo «Habanera gaditana para un Príncipe», que le otorgó un jurado presidido por Manuel Halcón e integrado por Fernando Lázaro Carreter, Horacio Sáenz Guerrero, José Joaquín de Ysasi Isasmendi y Jesús de las Cuevas. En junio de 1989 obtuvo el II Premio de Periodismo FIES para artículos sobre la Institución Monárquica. En 1990, el Premio Demófilo de la Fundación Machado, por su artículo «Las manos del Gran Poder«. En el 2001, en Barcelona, el premio Almenara, por su defensa de los valores de la cultura andaluza. En octubre de 2003 ha obtenido el premio «Joaquín Romero Murube», por su artículo «Farode cruz de guía». En marzo de 2007 la tertulia cofradiera «El Museíto» le concedió su XVIII premio «Jarrillo de Lata», por el conjunto de su obra literaria dedicada a la Semana Santa
Durante la dictadura, como estudiante colaboró en actividades del Círculo «Jaime Balmes» y de las Juventudes Monárquicas, participando luego como profesional en la creación de los grupos democráticos CP S.A. y Alianza Socialista de Andalucía, integrados más tarde en la Junta Democrática de España y origen del Partido Andalucista, señalándose en la oposición andaluza contra la dictadura de Franco por sus artículos en «Madrid» y «Triunfo», así como por su libro «Andalucía, ¿Tercer Mundo?». En la democracia, ha estado entre los objetivos de la banda asesina ETA. y el Comando Andalucía recibió órdenes para asesinarlo.
En octubre del 2002 ha sido nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad por el Ayuntamiento de Cádiz, tras la petición que formularon con su firma màs de cinco mil gaditanos. Igualmente, ha acordado poner su nombre al paseo que lleva al Castillo de Santa Catalina, en La Caleta. El título de Hijo Adoptivo le fue entregado en solemne sesiòn en el salón municipal de plenos el 7 de diciembre del 2002.
- Ha sido el primer articulista español con una página en Internet, creada en 1997, «El RedCuadro»: http://www.antonioburgos.com.
BURGOS, HIJO ADOPTIVO DE CÁDIZ.-Muchos consideran a Antonio Burgos como un escritor gaditano nacido en Sevilla, y citan su frase, tan conocida en la Cuna de la Libertad: «La gente de Cai nacemos donde nos sale de los cojones…» Antonio Burgos tiene una larga vinculación con el Carnaval de Cádiz, desde el año de «La Fantasía» (1956), el primer coro que escuchó en la Plaza, llevado por su padre, un gran aficionado sevillano al Carnaval tras haber hecho la guerra con gaditanos. Burgos acudió cada año a Cádiz como informador en la etapa de las Fiestas Típicas, de las que publicó numerosas crónicas en ABC de Sevilla, entre ellas una extensa entrevista donde Paco Alba contaba su vida y experiencia como creador de la comparsa. Por esta tarea informativa mereció el premio «Rodríguez de Valcárcel». Tras la restitución del Carnaval a febrero con la democracia, siguió escribiendo de las fiesta y le dedicó a Cádiz la letra de sus famosas «Habaneras de Cádiz». El mundo del Carnaval le otorgó diversas distinciones, como la Estrella de Plata de la Peña La Estrella y la Careta de Oro de la Peña La Salle-Viña. La Ciudad le nombró luego, en 1988, Pregonero del Carnaval, lo que marcó aún más su vinculación a la fiesta. Igualmente ha recibido otros honores y distinciones de Cádiz, como el premio «1812» del Club Liberal, el nombramiento como miembro de la Cátedra Adolfo de Castro y del Ateneo Gaditano, los premios «José María Pemán» de la Peña La Gaviota y «Agustín Merello», así como el título honorìfico de «Embajador de Cádiz», que le entregó el Ayuntamiento socialista presidido por Carlos Díaz, y el Premio Cádiz a la promoción de la ciudad, que le entregó la alcaldesa popular, Teófila Martínez.Animado por Antonio Martín, al año siguiente de su Pregón del Carnaval debutó como letrista del coro de La Viña, con «Takatá, Chin, Chin, Pom, Pom», una agrupación ya histórica, que llevaba música de Martín y dirección de Leonardo Calle, y que fue primer premio en 1989, al igual que al año siguiente, 1990, Burgos y Martín volvieron a ganar con La Viña el primer premio de coros con «Bátmonos que nos vamos». Sendos tangos de estos coros («Tango de Vista Hermosa» y «Tango de la Maqueta de Cádiz») merecieron, además, el Premio Ciudad de Cádiz al mejor piropo a la ciudad. En los años siguientes, y siempre en colaboración con Antonio Martín, escribió los repertorios de los coros de La Viña «A Venecia del tirón» (1991, segundo premio) y «Los pájaros» (1992, tercer premio). «Prejubilado de Astillero» como autor de Carnaval, ha colaborado esporádicamente con letras para la comparsa de Antonio Martín. En estas páginas ofrecemos algunas de sus letras de Carnaval más destacadas, especialmente tangos famosos de La Viña, como «Fragatas y bergantines» («Takatá, Chin,Chin, Pom,Pom») o el tango de la Guerra del Golfo («A Venecia del tirón»). En octubre del 2002 ha sido nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad por el Ayuntamiento de Cádiz, tras la petición que formularon con su firma màs de cinco mil gaditanos. Igualmente, ha acordado poner su nombre al paseo que lleva al Castillo de Santa Catalina, en La Caleta. El título de Hijo Adoptivo le fue entregado
en solemne sesiòn en el salón municipal de plenosel 7 de diciembre del 2002.
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