Home » Libro

Castillo del Buen Amor. Emilio Salcedo

Enviado por en 17 enero, 2012 – 18:43
Castillo del buen amor. Emilio Salcedo

Castillo del Buen Amor. Emilio Salcedo

Salamanca 1959.

Fotos de Guzman Gambau y «Los Angeles»

 

Del Castillo, mi amiga,/ del Buen Amor,

¡qué buenos castellanos/nosotros dos!

Las almenas del alma/ se alzan al sol;

son un puente los labios/del corazón.

Del Castillo mi amiga,/del Buen Amor,

tú serás castellana,/ tu siervo yo,

del Castillo, mi amiga,/del Buen Amor.

 

Un Castillo con historia. Hoy un hotel, digno de visitar. En un paraje tranquilo.

Copiamos dee su web, la historia.  Historia que Emilio Salcedo publicó en 1959, en este librito que presentamos, en un intento de reivindicar un edificio histórico, que por entonces comenzaba a ser usado como lugar de descanso, «posada de viajeros», nos dice don Emilio Salcedo.

http://www.buenamor.net/hotel-con-encanto.html

Historia y Leyenda de un hotel con encanto

El Castillo de Buen Amor es también conocido como Castillo Villanueva de Cañedo o Castillo de Fonseca. Fue originariamente una fortaleza y las primeras informaciones datan del año 1.227 dC en tiempos del rey Alfonso IX. La leyenda popular denominó al Castillo-palacio como del Buen Amor al convertirse éste en propiedad del Arzobispo de Santiago Don Alonso de Fonseca y su amante Doña María de Ulloa. Sin embargo, estudios recientes revelan que el artífice de la obra gótica fue su homónimo en nombre y apellido Don Alonso de Fonseca Quijada, primo del Arzobispo y también Obispo de Cuenca, Ávila y Osma (lo adquirió en 1.477 de Alfonso de Valencia, a quién lo habían donado los Reyes Católicos un año antes en recompensa por haberles entregado la ciudad de Zamora, durante la guerra civil por la sucesión en el trono de Castilla en que se enfrentaban Isabel La Católica y Juana la Beltraneja). El Obispo Fonseca transformó el Castillo en su Palacio donde convivió con, su también amante, Doña Teresa de las Cuevas, con quien tuvo cuatro hijos..

La fortaleza

Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931,esta antigua Fortaleza de muros de 2,80 y hasta de 3,60 metros de espesor construida en fábrica de piedra franca de Villamayor – tipo arenisca -, rodeado de un gran foso de 15 m. de ancho y 8 de profundidad, ocupa una superficie en planta de unos 3.000 m2,y tiene 4 torreones en cada uno de los vértices, orientados a los 4 puntos cardinales; uno de ellos, la Torre del Homenaje, orientada en diagonal, con 14 metros de lado. La planta baja, con diversos artesonados y chimenea mudéjar, recoge en latín las citas históricas que recuerdan la filosofía de sus antiguos ocupantes.

Historia del Castillo

Castillo de Buen Amor o de Villanueva de Cañedo. Declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento por el Decreto de 3 de junio de 1931. Tipología: Emplazado en una leve colína, el Castillo responde a las características del denominado «castillo en llano», que como su nombre deja claro, se sitúa en llanuras o en suaves montículos, pudiendo estar aislado en el campo, como es el caso del Castillo de Villanueva de Cañedo, o en poblaciones.

El Castillo originario se remonta al siglo XI. pero fue profundamente transformado y convertido en Palacio a finales del XV. Su ubicación nos lleva a pensar que no cumplía funciones defensivas, y más bien se podría considerar como un castillo- palacio, edificación característica de la segunda mitad del siglo XV en el Reino de Castilla.

En ésta época, las fortificaciones asumieron el papel de residencias habituales de la nobleza y realeza, y así los castillos construidos con fines militares a principios del siglo XV derivaron hacia las residencias palaciegas, pero sin apenas modificar su exterior, que conservó su aspecto compacto y defensivo. Estas fortificaciones reunían en su interior todas las comodidades propias de un palacio, albergando salas, comedores, chimeneas, habitaciones suntuosas. Todo ello decorado con una clara influencia árabe, que se manifestaba en el estilo mudéjar de sus sillerías, techumbres de madera, azulejerías, relieves, etc.

La distribución interna de estos castillos-palacio góticos, se solucionaba mediante un patio central, que originariamente pudo ser de armas, pero que se convirtió en un patio señorial con esbeltas galerías magníficamente decoradas. El Castillo de Buen Amor se estructura en torno a un patio gótico central, con dos galerías en tres de sus lados, y otro ciego se remata con galería en la tercera planta, lo que le otorga un carácter único, como sus arcos rebajados y columnas sin capiteles. Por todas partes bella y caprichosamente labrados los escudos de armas del Obispo Fonseca se reparten por muros, chimenea y alfarjes.

La localidad de Villanueva de Cañedo aparece citada documentalmente por primera vez en 1227, cuando Alfonso IX de León permuta este lugar, con el caballero santiaguista don Enrique de Sardina por la heredad de Ortazas en Ciudad Rodrigo. Pero las primeras noticias que nos llegan de una edificación fortificada en este lugar provienen del año 1447, haciendo referencia a su vinculación con el conde de Alba de Tormes. Posteriormente, en 1476 se constata la entrega de esta misma localidad con su Castillo a los Reyes Católicos por el ya duque de Alba, a cambio de la de San Felices de los Gallegos, como un episodio más dentro de las luchas, capitulaciones e intrigas habidas en Castilla durante la conflictiva sucesión de Enrique IV.

En ese mismo año la Corona cede la propiedad del lugar a don Alonso de Valencia, mariscal de Castilla y alcaide de los alcázares de Zamora, a cambio de la entrega de dichos alcázares, vendiéndola el mencionado caballero un año más tarde en 1477 a don Alonso de Fonseca Quijada. El actual Castillo-palacio se debió construir o reconstruir a partir de 1.476; su promotor fue el propietario, don Alonso de Fonseca Quijada, obispo de Osma, Cuenca y Ávila y señor de Villanueva de Cañedo. Recientemente reconstruido se convirtió en la residencia habitual del obispo, compartiéndola con su amante Doña Teresa de las Cuevas, con la que tuvo cuatro hijos: Gutierre, Fernando, Ana e Isabel. El primogénito Gutierre fue legitimado por los Reyes Católicos en 1492 beneficiarlo del mayorazgo por decisión de don Alonso pocos años antes de morir.

Don Alonso y Doña Teresa fueron enterrados en torno al año 1506, en el monasterio de San Ildefonso en la ciudad de Toro, aunque en lugares diferentes, yaciendo el obispo en la capilla principal y su amante en la otra capilla del mismo monasterio junto a Doña Isabel Quijada, madre de don Alonso. El apelativo de Buen Amor está fundamentado en los amores del que en un primer momento los historiadores consideraron el promotor del Castillo-palacio, don Alonso de Fonseca Acebedo Fonseca II, arzobispo de Santiago- con su amante Doña María de Ulloa, y los del hijo de ambos, don Alonso Fonseca Ulloa heredero del arzobispado con su concubina Doña Juana de Pimentel. Pero, evidentemente, no se equivocó la leyenda popular por cuanto allí también otro Obispo, primo de aquél, convivió con su amante.

La profusión heráldica del escudo con las cinco estrellas en sotuer, del apellido Fonseca, dentro y fuera del castillo, ha inducido a ciertos errores en la atribución de la personalidad del promotor de la fortaleza. En un primer momento se dio por seguro que el castillo perteneció a don Alonso de Acebedo Fonseca, arzobispo de Santiago y patriarca de Alejandría, llamado «Fonseca II», pero hoy no hay duda de que el fundador fue su homónimo, el mencionado don Alonso Fonseca Quijada, hijo del Pedro Fonseca e Isabel de Quijada y primo de Alonso Acebedo Fonseca, conocido por «Fonseca II», ambos a su vez sobrinos de Alonso de Fonseca y Ulloa, arzobispo de Santiago y Sevilla, «Fonseca I».

El estilo hispano flamenco del Castillo ofrece claras analogías con la arquitectura palaciega urbana de finales del siglo XV en Toro. A esto habría que unir las relaciones familiares y de mecenazgo artístico que en dicha ciudad zamorana tiene de don Alonso, por lo que sería un dato más que confirmaría la autoría del Castillo del Buen Amor por parte del Obispo de Ávila. Sobre el personaje de don Alfonso Fonseca, iniciador de la casa de Villanueva de Cañedo, sabemos que fue un ferviente seguidor de los Reyes Católicos y capitán del ejército que tomó la ciudad de Toro en 1476 una cadena labrada en piedra sobre un escudo del Obispo, a la entrada del Castillo revela que allí moró el Rey Fernando y además de sus inquietudes políticas y militares fue el introductor del Renacimiento en dicha ciudad, ya que todos los edificios excepto los financiados por él se construyen en hispano flamenco.

Su espíritu innovador le lleva a patrocinar en Toro el claustro chico de San Francisco y el del sepulcro con columnas traídas de Italia, pero no hay que pensar que esto supuso una revolución artística en la ciudad y que todo el arte cambió a partir de ese momento por la llegada temprana del Renacimiento italiano auspiciado por el Obispo de Ávila. La influencia italiana se puede apreciar también en algunos detalles del hotel con encanto Castillo del Buen Amor, como en el friso de angelitos y relieves vegetales que decora la cornisa del patio, atribuido a Juan de Álava, seguramente, añadido en los albores del siglo XVI, ya que debido a las tempranas épocas de construcción del edificio el arte que predomina en la decoración son los estilos arquitectónicos y ornamentales propios del mudéjar y gótico hispano flamenco.

La disposición de la planta del castillo no es habitual ya que se coloca en diagonal la torre del homenaje, único ejemplo en España. Pese a su condición ya comentada de Castillo- palacio tuvo un profundo foso alrededor y una barrera artillera de planta rectangular con tres cubos circulares en las tres esquinas, quedando libre la cuarta que la cubre la torre del homenaje. Los cubos tienen dos niveles de tiro y se cubren con bóvedas esféricas de ladrillo, existiendo indicios de que en su origen hubo una galería intramuros que recorriera el perímetro del fuerte.

Tags: ,