Premiado en el certamen musical del Heraldo de Madrid. 16 páginas. Hacia 1902.

15 €

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Compositor. Nació en Pamplona / Iruña, en 1872, y murió, probablemente en Madrid, el 22-4-1934. Lapuerta, ya en posesión de la carrera musical, abandonó su ciudad nativa y se domicilió en Madrid, a fines del siglo XIX. Tenía grandes ambiciones, deseaba ser compositor sinfónico y dramático, pero, como precisaba ganar el sustento, tuvo que tocar el piano en cafés y teatros, conforme lo había hecho en la capital de Navarra. De carácter afable, pronto se relacionó con escritores concurrentes a los locales en que actuaba y logró que Angel Caamaño, «El Barquero», revistero taurino de «Heraldo de Madrid», le entregase un libreto de Zarzuela, La Maruxiña, de ambiente asturiano, que una vez lo dotó de partitura tuvo su primera interpretación en el teatro Romea, de Madrid, el 11 de diciembre de 1899. En colaboración con el maestro Manuel Fernández Caballero, sobre asunto de Eugenio Sellés, en mayo de 1901 dio a conocer la zarzuela en un acto y tres cuadros La barcarola, alcanzando buen éxito. Jacinto Benavente conoció a Lapuerta y, admirando sus plausibles propósitos artísticos, le confió Polichinelas, en un acto, que se estrenó, como la anterior, en el teatro de la Zarzuela, el 22 de febrero de 1902; se representó sólo una vez, pues fracasó; esta producción no figura en la obra completa benaventiana. Hacia 1902 «Heraldo de Madrid» convocó un concurso para premiar una Tanda de Valses (el vals es pieza musical que la han cultivado todos los compositores mundiales) y Lapuerta concurrió; fueron presentadas ciento sesenta y dos Tandas; el jurado integrado por los maestros Bretón, Chapí y Jerónimo Jiménez, otorgó el Primer Premio a la presentada por el compositor que nos ocupa. Lapuerta pasó a tocar el piano en un café al cual concurría Pérez Galdós; conforme hizo antes con Caamaño, Sellés y Benavente, inició amistad con el ilustre autor de «El abuelo» y le sugirió convirtiese su novela «Marianela» en libro de ópera para él musicarlo. El escritor canario encontró factible la idea, mas, carente de tiempo para tal labor, la encargó a Carlos Fernández Shaw; éste, ininterrumpidamente, escribía libretos para obras líricas, muchas de ellas de género chico y demoraba la realización del encargo; indicó que prefería extraer un libro de ópera del Episodio Nacional Zaragoza; pasó tiempo y el famoso libretista de La Revoltosa se desligó del compromiso. Galdós, benévolo, y en su deseo de ayudar a Lapuerta, empezó a realizar el trabajo. Mientras, el compositor atravesaba frecuentes crisis económicas; algún tiempo fue maestro concertador del Romea (coliseo dedicado a las variedades donde instrumentaba números y componía algunos), Galdós le proporcionó un modesto empleo burocrático, pero Lapuerta lo abandonó, pues era artista nato y, como es corriente, desordenado, e independiente. La composición de la ópera Zaragoza se extendió a lo largo de siete años; se estrenó en la capital de Aragón, el 4 de junio de 1908, coincidiendo con la conmemoración del Centenario de los Sitios. Alcanzó éxito, mas no proporcionó los ingresos que el músico navarro ingenuamente esperaba. La Casa Alier editó varios fragmentos de ella que, a no dudar, es la obra más importante de Lapuerta quien, el 2 de mayo de 1930, presentó en el teatro Calderón madrileño la zarzuela Fiereza, en dos actos, texto de J. Bergua; está basada en la guerra de la Independencia y, pese a haberla interpretado una gran compañía lírica, a cuyo frente estaban Felisa Herrero y Emilio Sagi-Barba, la producción sólo alcanzó las entonces tres representaciones de rigor.

Angel SAGARDIA

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