Pin Raquel Liberman. Paco Moro joyero. Años 90
Un precioso Pin de plata elaborado por «Paco Moro», joyero salmantino de la Calle Melendez. En él aparece muy acertadamente la imagen creada por Hugo Pratt de Raquel Liberman.
Raquel Liberman murió el 7 de abril de 1935 de un cáncer de garganta, tenía 35 años, dos hijos pequeños y la ilusión de volver a Polonia para rehacer su vida. Hasta la publicación de La Polaca, una novela de la escritora Myrta Schalom editada por Norma en 2003, muy poco se sabía de Raquel, una mujer valiente —no «una mujer de vida airada», como decían los diarios de entonces— que en 1929 denunció ante la Justicia a la Zwi Migdal, la red de polacos judíos tratantes de blancas. Esa denuncia terminaría desarticulando a partir de 1936 la prostitución legal en la Argentina, donde operaban redes francesas, polacas, italianas y españolas.
La historia de Liberman ha sido llevada al cine varias veces. Burman, uno de los directores que se atrevieron con esta historia dice: «Raquel no eligió ser lo que era, estaba esclavizada en un prostíbulo. Tenía miedo por la vida de sus hijos. Como muchas otras, había sido engañada por un rufián con la promesa de matrimonio y amenazada después. Intentó salir de ese mundo como pudo».
Hugo Pratt hizo su homenaje. Corto Maltés viaja en 1923 a Argentina para ayudar a una amiga en apuros. Se implica ideológicamente en un mundo sórdido, de policías corruptos, de asesinos. Se enfrenta a intereses de mucho mayor calado que los basados en el comercio del sexo. Ayuda a la hija de la polaca, de los que algunos se preguntan si no era también hija de este vagabundo de los mares.
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